lunes, mayo 10, 2004

Armas de destrucción masiva

Atención. Al fin, tras más de un año de búsqueda incesante y frenética, los Estados Unidos, el presidente George Bush, encontró en Irak las Armas de Destrucción Masiva (ADM).
Las especificaciones técnicas de las terribles ADM, y solo para ilustrar al lector porque es muy árido de entender puede ser como la siguiente: CCD de 5,2 megapixels. Zoom óptico de 3x. Sistema de enfoque multipunto a tres áreas. Compensación manual de la exposición +/- 2 EV en intervalos de 1/3 EV. Modo blanco y negro, solarizado, sepia y negativo. Temporizador de disparo de 10 segundos. Filma con Audio. Medición de la exposición matricial o puntual. Función SmartZoom Memory Stick incluída 32 MB.
En castellano puro, las terribles ADM son ni más ni menos que unas cámaras digitales, las que en manos de los propios soldados de los EEUU se han convertido en el más fabuloso azote para la imagen del presidente Bush, justo en momentos en que se juega su reelección en la elecciones de los Estados Unidos.
Todo se inició con la difusión en Internet de varias fotos que muestran los ataúdes de soldados estadounidenses muertos en Irak.
Las imágenes fueron tomadas por funcionarios del departamento de Defensa y tuvieron que hacerse públicas por un pedido formulado invocando la ley de libertad de información.
Las fotografías de los ataúdes envueltos en banderas estadounidenses fueron entregadas al activista Russ Kick, quien las había solicitado a través de la ley de libertad de información pública, como forma de sortear una prohibición que rige desde 1991. Ese día la mayoría de los estadounidenses se desayunó de algo que en el resto del mundo se sabía: en Irak están muriendo todos los días soldados de los EEUU. Es una guerra señores, ustedes han invadido un país en base a mentiras.
La madre de un combatiente muerto en Irak, Jane Bright, los dijo claramente: “tenemos que terminar de ocultar las muertes de nuestros jóvenes”.
Ahora, esos jóvenes combatientes no son seres inocentes, otras fotos, difundidas recientemente mostraron al mundo el trato que se le daba a los detenidos iraquíes, lejos, muy lejos, de las convenciones internacionales sobre el tratamiento que se le debe otorgar a los prisioneros de guerra.
Las fotos que provienen de las nuevas y hasta ese momento desconocidas ADM son elocuentes: los prisioneros aparecen en posiciones de humillación y degradación, desnudos y atados como si fueran perros; apilados unos sobre otros.
Sus captores, soldados estadounidenses, en algunos casos se mofan de ellos o en otros posan delante de las pilas de cuerpos y los señalan con sorna o como si hubieran obtenido un preciado trofeo.
Estas fotos sin duda que afectan la sensibilidad de cualquier bien nacido en esta tierra. Las imágenes que se están filtrando desde la prisión de Abu Ghraib en Irak, controlada por Estados Unidos, provocaron tal impacto que ha generado desde el descontento hasta la condena, tanto en el exterior como dentro de los propios Estados Unidos.
Una fotografía de un prisionero desnudo, agarrándose la cabeza y con expresión de pánico, rodeado de soldados con perros en posición de ataque, fue la última de las imágenes que han llegado a nuestros hogares mostrando el horror, no ya de la guerra, que es conocido, sino de algo peor: el intento de degradación del ser humano con fines inconfesables o por… mero placer.
En otra fotografía, difundida poco tiempo atrás, muestra una mujer soldado estadounidense - más tarde se supo su nombre: Lynndie England- con un cigarrillo en sus labios. Ella sonríe a la cámara mientras se inclina y apunta a los genitales de un iraquí desnudo y encapuchado.
La misma soldado, que resultó ser una joven de 21 años, es mostrada en otra fotografía arrastrando, como si fuera un perro, a un prisionero iraquí desnudo.
¿Es ésta la liberación de Irak de manos de un sanguinario dictador como Saddam Hussein?
El secretario de Defensa de los EEUU, Donald Rumsfeld, dijo saber desde hace largo tiempo del maltrato a los prisioneros iraquíes; se hizo responsable de las torturas e intentó matizar el tema diciendo que eran casos aislados.
Pero lo cierto es que más allá de Rumsfeld o Bush hay una órden del Pentágono de torturar prisioneros y esto no lo reveló un acérrimo enemigo de la democracia occidental y cristiana.
Lo afirmó el Washington Post, que dio cuenta de que en el correr del año pasado el Pentágono aprobó una lista de 20 técnicas para interrogatorios de prisioneros que fueron usadas en la base naval de Guantánamo en Cuba, donde hay unos 600 detenidos, de los que sólo dos han sido acusados formalmente. Casualmente las técnicas no son otras que las mismas que se están usando para liberar a Irak de las garras del demonio totalitario de Saddam Hussein. Esto es invertir los períodos normales del sueño, la desnudez, someter a los presos a altas temperaturas o al frío, asaltos sensoriales, exponiéndoles a música a alto volumen o potentes luces, entre otras cosas.
¡Bush, te descubrieron! Y Bush apuntó a los jóvenes soldados, a los torturadores de las fotos para que respondan ante una corte marcial por el trato que recibian los prisioneros iraquíes.
Y ellos, unos jóvenes comunes y corrientes: un pizzero, un trabajador de una avícola y un mecánico, devenidos en soldados juran que se limitaban a cumplir órdenes.
Y si cumplían órdenes, cabe preguntarse quién o quiénes le enseñaron al pizzero, al mecánico y al pollero a mancillar y degradar a un ser humano a esos extremos tan aberrantes y simultáneamente degradarse ellos mismos.
¿Quién fue el maestro? En qué escuela aprendió esta chica Lynndie.
La Escuela de las Américas en Panamá, donde aprendieron la tortura los cientos de militares que hundieron a América Latina en la oscuridad durante años ya no existe. ¿Dónde se forman los actuales perros de la guerra?